Informe sobre el libro “Grietas en el silencio. Una investigación sobre la violencia sexual en el marco del terrorismo de Estado”

por Analía Aucía

1El texto recoge los resultados de una investigación que revela la magnitud de la violencia sexual padecida por mujeres y varones durante el marco del terrorismo de Estado existente en Argentina y que comprendió el período 1974-1983. Si bien, el golpe de Estado realizado por la Junta Militar aconteció el 24 de marzo de 1976, los efectos del terrorismo instalado por los aparatos estatales y, fundamentalmente, paraestatales comenzaron a desplegarse ya en el año 1974. En Grietas en el silencio se analizan importantes instrumentos normativos y sentencias provenientes de tribunales internacionales que fundamentan el carácter de delito de lesa humanidad que revisten los delitos sexuales en contextos represivos, tales como el terrorismo de Estado.
El eje de esta investigación consiste en mostrar que la violencia sexual debe ser investigada y juzgada como delito de lesa humanidad, incorporando la perspectiva de género a fin de mostrar el impacto diferencial que la misma tuvo sobre varones y mujeres. Si bien la violencia sexual fue ejercida contra ambos sexos, respecto de las mujeres adquirió formas específicas y grados de crueldad y ensañamiento inimaginables.
A partir de la Segunda Guerra Mundial se conforma la conocida Doctrina de la Seguridad Nacional, la cual constituyó una estrategia amplia de contrainsurgencia teniendo como blanco de ataque a quienes se consideraba “enemigos ideológicos”, “enemigos internos” o “amenaza subversiva”: los movimientos sociales y partidos sociales de izquierda, las guerrillas. En este proceso las Fuerzas Armadas cumplieron un rol fundamental: rehacer los Estados y las sociedades y eliminar la subversión, para lo cual, en los decenios de 1960,70 y 80 realizaron golpes militares, establecieron dictaduras y sistemas represivos que transformaron política, cultural y económicamente a los países del Cono Sur. La conocida Operación Cóndor1 fue un componente secreto de la Doctrina de la Seguridad Nacional; se trató de un programa represivo transnacional dirigido por EEUU, especialmente a través de la CIA, que permitió extender la persecución y eliminación de las personas más allá de las fronteras de cada país2, produciendo la internacionalización del terror. En definitiva, si el objetivo que subyace en el terrorismo de Estado es eliminar a los potenciales opositores del poder, imponer el silencio y la parálisis política para mantener el status quo, cualquier método o estrategia será útil controlar a la sociedad en última instancia. La violencia sexual fue uno de esos mecanismos de disciplinamiento y de infundir el terror.
Culturalmente a las mujeres se les ha asignado roles – madres, esposas – y espacios propios – el ámbito privado/doméstico -, justificados en una supuesta naturaleza femenina, quedando reservado el espacio público/político para los varones. Respecto de las mujeres que participaban en partidos políticos, organizaciones sindicales y más en aún en organizaciones consideradas subversivas o guerrilleras, los represores habían configurado una concepción sobre ellas como mujeres doblemente transgresoras: cuestionaban los valores sociales y políticos tradicionalmente constituidos y rompían las normas que según el imaginario social de Occidente deben regir la condición femenina. Las mujeres fueron víctimas de una forma particular de violencia debido a la transgresión de ese rol previamente asignado y naturalizado que es del mujer dedicada a las tareas domésticas, de reproducción y del cuidado de los otros (esposo, hijos/as). Fueron “doblemente castigadas”, como una manifestación exacerbada del continuum de violencia estructural que viven las mujeres históricamente. Las mujeres resultaron afectadas diferencialmente, por dos cosas fundamentalmente: una debido al uso de la violencia sexual que les fuera impuesta en los todos los espacios donde transitaron — Centros Clandestinos de Detención, cárceles, servicios policiales y militares, etc. — y otra por las condiciones de mayor vulnerabilidad que vivían las embarazadas y las que parían en cautiverio. La investigación permite dar cuenta de cómo la violencia sexual ha constituido una manera significativamente cruenta y extendida de disciplinar y aniquilar la subjetividad de las mujeres, a través de aquéllas consideraras “guerrilleras”, “subversivas”. De manera que, la posibilidad de incorporar la perspectiva de género nos “permite desmontar la idea de que los conflictos armados o contextos represivos implantados por el terrorismo de Estado, sean realidades neutras”3.
Con relación a la responsabilidad en la ejecución de estas formas de violencia, la investigación revela que “la violencia sexual fue perpetrada por agentes estatales de distintos rangos y pertenecientes a todas las fuerzas involucradas en la represión, en distintos lugares del país, conforme a la política de aniquilación y represión que instauró el gobierno de facto”4.
Otro aspecto abordado en el libro es lo relativo a la reparación integral de víctimas de violencia sexual. En esta materia, la jurisprudencia internacional de protección de los derechos humanos, ha considerado la especial situación de las mujeres víctimas de violencia estableciendo la necesidad de condenas a los responsables como forma de reparación fundamental y garantía de no repetición de los hechos denunciados. Así también, las víctimas entrevistadas han manifestado lo decisivo que ha sido para ellas la posibilidad de hablar de esta violencia. En efecto, “la palabra se ha vuelto la liberación de muchas víctimas que habían permanecido en silencio durante más de treinta años, siendo la posibilidad de hablar una forma primaria, pero fundamental, de ejercicio del derecho a la reparación”5.
Grietas en el silencio es un texto difícil pero necesario para comprender complejos procesos donde se entrecruzan la discriminación y la violencia masculina contra las mujeres y procesos de represión política.

por Analía Aucía
Abogada. Docente de la Universidad Nacional de Rosario. Master en Sistemas Penales y Problemas Sociales por la Universidad de Barcelona. Magister en El Poder y la Sociedad desde la Perspectiva de Género de la Universidad Nacional de Rosario. Doctoranda en Derecho por la UNR. Coordinadora del Programa Género y Sexualidades de la Facultad de Derecho de la misma universidad. Integrante del Comité de América Latina y el Caribe para la Defensa de los Derechos de las Mujeres (CLADEM). Coordinadora del Programa “Género y Sexualidades” de la Facultad de Derecho de la UNR. Directora del Programa Integrando “Atención Integral de la violencia familiar en los barrios: saldando una deuda pendiente” de la Universidad Nacional de Rosario. Asesora legal en materia de derechos humanos de las mujeres y diversidad sexual de la Secretaría de Derechos Humanos del Ministerio de Justicia y Derechos Humanos, Provincia de Santa Fe


1 Grietas en el silencio. Una investigación sobre la violencia sexual en el marco del terrorismo de Estado. AAVV. Cladem, Rosario, 2011.

2 El Cóndor fue patrocinado por EEUU en los aspectos de organización, inteligencia, finanzas y tecnología. Funcionó en Argentina, Brasil, Bolivia, Chile, Paraguay y Uruguay, más tarde y con menor peso se sumó Ecuador y Perú.

3 En el marco de esta Operación se definieron como “subversivas” a las personas que cuestionaban el orden tradicional, ya fueran por medios pacíficos o por las armas. En sentido cabe recordar las palabras del General argentino Jorge Videla – integrante de la Junta Militar que tomó el poder estatal en 1976 – cuando expresó que el terrorista no es solamente alguien con una bomba o un arma, sino también quien difunde ideas contrarias a la civilización occidental y cristiana.

4 Aucía, Analía. “Género, violencia sexual y contextos represivos” en Grietas en el silencio. Una investigación sobre la violencia sexual en el marco del terrorismo de Estado, op. cit., pág. 31.

5 Paolini Pecoraro, Alejandra. “Políticas de terror y violencia sexual” en Grietas en el silencio. Una investigación sobre la violencia sexual en el terrorismo de Estado, op. cit., pág. 116.

6 María Celina, Berterame, “Reparación del daño a las víctimas de violencia sexual. Una mirada desde el feminismo” en Analía, Aucía, “Género, violencia sexual y contextos represivos” en Grietas en el silencio. Una investigación sobre la violencia sexual en el marco del terrorismo de Estado, op. cit., pág. 293.

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